La Casa Roja: un emotivo artículo sobre los trabajadores invitados turcos
En el Teatro Maxim Gorki de Berlín, "La Casa Roja" destaca las historias de los trabajadores turcos y sus desafíos.

La Casa Roja: un emotivo artículo sobre los trabajadores invitados turcos
El 11 de octubre de 2025, el Teatro Maxim Gorki de Berlín celebró el estreno de la producción “La Casa Roja” dirigida por Ersan Mondtag. Esta actuación arroja luz sobre la realidad de la vida de los trabajadores y mujeres turcos en Alemania, que en los años 1960 y 1970 vivieron en un antiguo dormitorio de mujeres. El título hace referencia a la “casa roja” de la Stresemannstraße, que servía de alojamiento a los inmigrantes y al mismo tiempo simbolizaba su destino. La producción abre el Salón de Otoño de este año en el Teatro Gorki y aborda poderosamente las historias de estas mujeres.
En la producción, cuatro ancianas, interpretadas por actrices, cruzan el escenario y confrontan al público con la pregunta: "¿Eres mi nieta?". La elección del director de utilizar una estética de terror representa una mirada distanciada de las biografías de estas mujeres, pero trae consigo comentarios críticos sobre la falta de profundidad emocional. Las historias de las mujeres se presentan en breves retratos biográficos, algunos de los cuales están ordenados uno tras otro, lo que significa que los destinos individuales apenas se diferencian. Un coro de mujeres de Anatolia que canta canciones de amor turcas durante la actuación pretende subrayar los aspectos emocionales, pero no puede compensar completamente las deficiencias de la producción.
Historias personales en contexto
La autora Emine Sevgi Özdamar, que vivió en una de estas casas rojas a mediados de los años 60 cuando tenía 18 años, registró sus experiencias en obras autobiográficas. Özdamar, que trabajó para Telefunken, recuerda su tiempo en la línea de montaje, que le resultó extenuante pero formativo. Además de su trabajo de 6 a 14 horas. - por un salario de 2,28 marcos la hora - aspiraba a hacer carrera como actriz y encontró el apoyo del director local Vasif Öngören, un comunista y amante de Brecht. Sus experiencias fueron procesadas en su libro “El Puente del Cuerno de Oro”, que ofrece una visión profunda de la experiencia de las mujeres inmigrantes.
La “Casa Roja” no sólo sirvió de alojamiento para unas 150 mujeres de diferentes profesiones y orígenes, sino que también fue un lugar para compartir y convivir. A pesar de los desafíos de vivir en el extranjero, las mujeres emprendieron actividades juntas y combinaron valores tradicionales y modernos en sus historias. Estos diversos establecimientos y conflictos entre las mujeres reflejan la realidad de la migración y las complejas relaciones que surgen en ese entorno.
Una mirada a la historia de la migración laboral.
Para comprender mejor los antecedentes de la producción, es importante observar la historia de la migración laboral turca a Alemania. En 1961 se firmó un acuerdo de contratación entre la República Federal de Alemania (RFA) y Turquía, que sentó las bases para la contratación de trabajadores. En los años siguientes, numerosos inmigrantes, muchos de ellos mujeres, llegaron a Alemania para ocupar puestos de trabajo que tenían una gran demanda en la industria alemana. Estos movimientos migratorios estuvieron integrados en la estabilización económica de la República Federal de Alemania que comenzó en la década de 1950. En 1973, las empresas alemanas solicitaron 867.000 trabajadores de Turquía, una proporción significativa de los cuales eran mujeres.
A pesar de las esperanzas y oportunidades iniciales, la realidad para muchos migrantes fue a menudo de trabajo duro y una vida reglamentada, a menudo en alojamientos colectivos que ofrecían poca privacidad. Los desafíos de la integración y el estudio de la identidad social siguen siendo temas relevantes en la actualidad. Las complejas y trágicas historias de estas mujeres no sólo forman parte de la historia alemana, sino también de la sociedad contemporánea.
La exposición, que tiene lugar en el marco del Salón de Otoño en el Palais am Festungsgraben, ofrece perspectivas más diferenciadas y personales y destaca la historia individual de las mujeres que viven en este contexto. Tratar de transmitir estas historias en el teatro sigue siendo un desafío que llama la atención sobre las diversas experiencias y recuerdos de los migrantes y revela las profundas heridas detrás del término “trabajador invitado”.