Los lados oscuros del capital de riesgo: cómo los hombres privilegiados impulsan la desigualdad en Berlín

Los lados oscuros del capital de riesgo: cómo los hombres privilegiados impulsan la desigualdad en Berlín

El capital de riesgo y las inversiones de inicio conducen a una mayor desigualdad y condiciones de trabajo precarias en Berlín. Los hombres privilegiados invierten dinero para obtener aún más dinero, mientras que aquellos que realmente trabajan se alimentan con trabajos mal pagados. Sebastian Klein, co -fundador de Blinkist, ha anunciado que usará el 90 por ciento de sus activos para fines sin fines de lucro. De los diez mil millones de euros que se invierten en nuevas empresas alemanas anualmente, alrededor de cinco mil millones de flujo a Berlín. Esto lleva a una creciente desigualdad y pone a las empresas bajo presión con menos capital. Los salarios para especialistas altamente calificados están aumentando, mientras que los alquileres comerciales se vuelven más caros y la publicidad agresiva requiere espacio público. Berlín puede ser el próximo San Francisco, donde los artistas y los mortales normales ya no pueden pagar la vida.

Un ejemplo de esto es Zalando, uno de los empleadores más grandes de Berlín que recolectó casi 500 millones de euros antes de la OPI. La compañía paga bien en la parte superior de la jerarquía, pero muy mala en la parte inferior. El logístico en Zalando apenas gana más que el salario mínimo, mientras que los miembros de la junta reciben bonos absurdamente altos. La situación es similar con otras nuevas empresas, como gorilas que han recaudado 1.200 millones de euros en unos pocos años y se han infiltrado en los derechos laborales.

Otros ejemplos de empresas fuertemente financiadas en Berlín son la entrega Hero, HelloFresh, Getyourguide, Trade Republic y N26. Estas bases solo ofrecen ofertas de conveniencia y no resuelven ningún problema urgente. En lugar de utilizar el potencial existente para abordar los grandes problemas de nuestro tiempo, como la crisis climática, la escasez de viviendas, la desigualdad y la descomposición de las democracias, la comida rápida y la moda rápida se entregan a la puerta principal.

Es hora de repensar el sistema tóxico del capital de riesgo y utilizar el capital y la fuerza laboral existentes para ofrecer soluciones sensatas para los problemas apremiantes de nuestro tiempo. No es suficiente para crear ofertas cómodas. Necesitamos innovaciones que realmente marquen la diferencia y habiliten un futuro sostenible. Berlín tiene que sacar las enseñanzas de San Francisco y crear una ciudad más justa para todos.